Donando sangre prevenís daños circulatorios y tenés menos probabilidades de sufrir un infarto.
Quien entrega una parte de su cuerpo para que otro la reciba y se beneficie está cometiendo un acto altruista y voluntario, que brinda beneficios emocionales, pero también reporta
consecuencias positivas para el organismo.
La donación de sangre es un gran acto de solidaridad que toma 15 minutos, puede salvar hasta 3 vidas y al mismo tiempo trae beneficios increíbles a la salud de los donantes, es el
único método seguro y eficaz para salvar vidas; considerada la única sustancia en el mundo que no es reemplazable, hasta ahora no existe una versión artificial de la sangre, es decir
“no se fabrica, se dona”.
La sangre de cada donante puede permitir que pacientes con enfermedades potencialmente mortales vivan más tiempo con mejor calidad de vida, así mismo puede posibilitar la
realización de intervenciones médicas/quirúrgicas complejas y tiene una función vital en la atención materno infantil, el embarazo y las respuestas a emergencias catastróficas o
accidentes.
Por otra parte los beneficios de quien dona también son amplios, está comprobado que cuando la sangre sale del cuerpo se expulsan componentes que están relacionados con
sustancias como: el colesterol y los triglicéridos, lo que disminuye los problemas circulatorios y por consiguiente los problemas cardíacos; (procedimiento que normalmente se
desarrollaría de forma natural en un periodo de cuatro meses mediante el hígado, las heces o la orina).
Al expulsar nos renovamos, los órganos reciben sangre nueva, los niveles de oxigenación y la capacidad pulmonar aumenta en los tejidos, se equilibran los niveles de hierro,
protegemos el corazón y le damos a alguien que lo necesita una segunda oportunidad de vivir.